S�ptima victoria consecutiva
El Real Madrid de L�pez Caro juega mejor cada partido, aunque el Espanyol no opuso resistencia. Guti hizo el primer gol, Zidane marc� por partida doble y Ronaldo, que reaparec�a, volvi� a dar en la diana. Mejuto perdon� la roja a Gravesen
Juli�n Redondo - Madrid.-
La s�ptima victoria de Juan Ram�n L�pez Caro ha sido la m�s contundente, posiblemente la m�s sencilla, incluso m�s facilona que la obtenida frente al Athletic en Copa, y consecutiva. Ni un cuarto de hora dur� la entereza del Espanyol, encaj� el primer tanto en el minuto 14 y a partir de ah� prefiri� contribuir al espect�culo en detrimento de su salud defensiva: �no se colg� del larguero�, abri� l�neas, busc� recortar distancias, se descuid� en ese af�n y la plausible disciplina t�ctica inicial fue absorbida por la ambici�n ofensiva madridista, que le barri�. Los triunfos del Madrid, salvo el de Vigo, no son fruto del azar, obedecen a un trabajo espec�fico y a una preparaci�n f�sica que ha devuelto a Zidane la frescura y a quienes le rodean, ritmo y gusto por el f�tbol, aunque hay excepciones. Ahora, por ejemplo, Gravesen cruza el centro del campo en busca de aventuras ofensivas, como los �hobbits� cuando abandonan la Comarca; Luxemburgo le ten�a prohibido asomarse fuera de la Tierra Media, por el miedo al m�s all�; ignoraba el t�cnico brasile�o que el peor de los �orcos� no era tan fiero como el dan�s. Es un tipo que imprime car�cter, un jugador que recupera el bal�n, que desbroza y que suele entregar la pelota con cierto criterio; pero se le va la olla. Est� como una maraca. Con una tarjeta amarilla y 1-0 en el marcador, se subi� a la espalda de Costa y, no contento con la escalada, al apearse le patale� sin piedad y sin bal�n. Mejuto prefiri� ignorarlo, pero era la expulsi�n. Acto seguido, el gol de Guti, tras perfecta jugada de Robinho y Beckham, tuvo su eco y repic�. �Zizou�, completamente libre de marcaje, hizo el segundo, a centro de Roberto Carlos, y Ronaldo, el tercero, de cabeza, al aprovechar un env�o preciso de Cicinho. El Madrid juega como un equipo y sus estrellas son c�mplices. Robinho busca a Beckham y �ste a Zidane, que encuentra a Guti. Esto s� que es un cuadrado m�gico y no la petulancia aquella de Vanderlei Luxemburgo, que empezaba por asesinar al conejo de la chistera. En los primeros encuentros de L�pez Caro como timonel, Beckham era un recurso, m�s que un contribuyente habitual; pero ahora el ingl�s, integrado entre los jugones, es una baza m�s y, lo que es mejor a�n, todos apoquinan, nadie se escaquea y el Real Madrid es un equipo. Y es �ste uno de los ex�menes que ha aprobado el nuevo t�cnico; super� la prueba del vestuario, se lo gan�; y el de los resultados, es obvio, y el de la vuelta de Ronaldo en condiciones, que tambi�n. �Ronie� acus� la inactividad en los primeros compases del encuentro con el Espanyol. Era incapaz de controlar el bal�n, no acertaba con el remate, no eleg�a las opciones m�s adecuadas, hasta que Cicinho centr� y �l cabece� el 3-0. El siguiente ejercicio para nota de L�pez Caro, demostrado que este equipo crece, adem�s, a partir de la retaguardia, ser� el de la reaparici�n de Ra�l, �a qui�n quitar?, y el de jugar la Liga de Campeones. Todo ello es inminente, mientras tanto, convence y ha �descubierto�, de paso, a Mej�a. El Madrid sale a ganar, ataca con convicci�n, con m�s de seis jugadores, en ocasiones, porque se siente seguro atr�s, y con unas variantes que presagian m�s �xitos. El gol no depende exclusivamente de Ronaldo, que lo mete. �sta es la diferencia entre Baptista y �Ronie�: �La Bestia� presiona en la salida de los centrales, pero no remata; �Ronie� no agobia a los defensas, pero les hace la �chimichanga� un l�o. Otro avance, tambi�n encomiable, es que adem�s de que rematan los segundos delanteros y los centrocampistas, tambi�n lo hacen los zagueros en jugadas de ataque, no de estrategia, y no me refiero a Cicinho y a Roberto Carlos, acostumbrados a subir y a disparar, sino a Mej�a y a Woodgate. Ambos centrales, bien cierto es que aprovechando la cantidad industrial de facilidades que dio el Espanyol, acudieron de cuando en cuando en auxilio de los delanteros y les imitaron, como cuando Jarque despej� sobre la l�nea de gol un espl�ndido cabezazo de �Woody�, portentoso en el salto. Con el marcador a buen resguardo, L�pez Caro prescindi� de Gravesen, antes de que Mejuto se lo arrebatara, y meti� a Pablo Garc�a. Nada cambi� y Zidane, con la zurda y desde lejos, hizo el cuarto. No encontraba rival el Madrid en el Espanyol, que apenas mostr� a De la Pe�a, y el m�ster pens� en el partido de Copa contra el Zaragoza. Cassano supli� a Guti, de nuevo ovacionado al retirarse, y Baptista a Beckham. El partido discurri� apacible- mente para los anfitriones y los visitantes no hicieron nada por amargarles la noche. Si Mejuto hubiese expulsado a Gravesen... Ni por �sas, el Espanyol no existi�
Juli�n Redondo - Madrid.-
La s�ptima victoria de Juan Ram�n L�pez Caro ha sido la m�s contundente, posiblemente la m�s sencilla, incluso m�s facilona que la obtenida frente al Athletic en Copa, y consecutiva. Ni un cuarto de hora dur� la entereza del Espanyol, encaj� el primer tanto en el minuto 14 y a partir de ah� prefiri� contribuir al espect�culo en detrimento de su salud defensiva: �no se colg� del larguero�, abri� l�neas, busc� recortar distancias, se descuid� en ese af�n y la plausible disciplina t�ctica inicial fue absorbida por la ambici�n ofensiva madridista, que le barri�. Los triunfos del Madrid, salvo el de Vigo, no son fruto del azar, obedecen a un trabajo espec�fico y a una preparaci�n f�sica que ha devuelto a Zidane la frescura y a quienes le rodean, ritmo y gusto por el f�tbol, aunque hay excepciones. Ahora, por ejemplo, Gravesen cruza el centro del campo en busca de aventuras ofensivas, como los �hobbits� cuando abandonan la Comarca; Luxemburgo le ten�a prohibido asomarse fuera de la Tierra Media, por el miedo al m�s all�; ignoraba el t�cnico brasile�o que el peor de los �orcos� no era tan fiero como el dan�s. Es un tipo que imprime car�cter, un jugador que recupera el bal�n, que desbroza y que suele entregar la pelota con cierto criterio; pero se le va la olla. Est� como una maraca. Con una tarjeta amarilla y 1-0 en el marcador, se subi� a la espalda de Costa y, no contento con la escalada, al apearse le patale� sin piedad y sin bal�n. Mejuto prefiri� ignorarlo, pero era la expulsi�n. Acto seguido, el gol de Guti, tras perfecta jugada de Robinho y Beckham, tuvo su eco y repic�. �Zizou�, completamente libre de marcaje, hizo el segundo, a centro de Roberto Carlos, y Ronaldo, el tercero, de cabeza, al aprovechar un env�o preciso de Cicinho. El Madrid juega como un equipo y sus estrellas son c�mplices. Robinho busca a Beckham y �ste a Zidane, que encuentra a Guti. Esto s� que es un cuadrado m�gico y no la petulancia aquella de Vanderlei Luxemburgo, que empezaba por asesinar al conejo de la chistera. En los primeros encuentros de L�pez Caro como timonel, Beckham era un recurso, m�s que un contribuyente habitual; pero ahora el ingl�s, integrado entre los jugones, es una baza m�s y, lo que es mejor a�n, todos apoquinan, nadie se escaquea y el Real Madrid es un equipo. Y es �ste uno de los ex�menes que ha aprobado el nuevo t�cnico; super� la prueba del vestuario, se lo gan�; y el de los resultados, es obvio, y el de la vuelta de Ronaldo en condiciones, que tambi�n. �Ronie� acus� la inactividad en los primeros compases del encuentro con el Espanyol. Era incapaz de controlar el bal�n, no acertaba con el remate, no eleg�a las opciones m�s adecuadas, hasta que Cicinho centr� y �l cabece� el 3-0. El siguiente ejercicio para nota de L�pez Caro, demostrado que este equipo crece, adem�s, a partir de la retaguardia, ser� el de la reaparici�n de Ra�l, �a qui�n quitar?, y el de jugar la Liga de Campeones. Todo ello es inminente, mientras tanto, convence y ha �descubierto�, de paso, a Mej�a. El Madrid sale a ganar, ataca con convicci�n, con m�s de seis jugadores, en ocasiones, porque se siente seguro atr�s, y con unas variantes que presagian m�s �xitos. El gol no depende exclusivamente de Ronaldo, que lo mete. �sta es la diferencia entre Baptista y �Ronie�: �La Bestia� presiona en la salida de los centrales, pero no remata; �Ronie� no agobia a los defensas, pero les hace la �chimichanga� un l�o. Otro avance, tambi�n encomiable, es que adem�s de que rematan los segundos delanteros y los centrocampistas, tambi�n lo hacen los zagueros en jugadas de ataque, no de estrategia, y no me refiero a Cicinho y a Roberto Carlos, acostumbrados a subir y a disparar, sino a Mej�a y a Woodgate. Ambos centrales, bien cierto es que aprovechando la cantidad industrial de facilidades que dio el Espanyol, acudieron de cuando en cuando en auxilio de los delanteros y les imitaron, como cuando Jarque despej� sobre la l�nea de gol un espl�ndido cabezazo de �Woody�, portentoso en el salto. Con el marcador a buen resguardo, L�pez Caro prescindi� de Gravesen, antes de que Mejuto se lo arrebatara, y meti� a Pablo Garc�a. Nada cambi� y Zidane, con la zurda y desde lejos, hizo el cuarto. No encontraba rival el Madrid en el Espanyol, que apenas mostr� a De la Pe�a, y el m�ster pens� en el partido de Copa contra el Zaragoza. Cassano supli� a Guti, de nuevo ovacionado al retirarse, y Baptista a Beckham. El partido discurri� apacible- mente para los anfitriones y los visitantes no hicieron nada por amargarles la noche. Si Mejuto hubiese expulsado a Gravesen... Ni por �sas, el Espanyol no existi�
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< Portada